Hace unos meses, nos llegó una información muy preocupante.
Había posibilidades de que una tercera especie se hubiera unido a la conjura ovina.
Todo empezó en un viaje a Escocia de nuestra fuente. Ahí, en una tranquila playa cercana a Edimburgo, pudo presencia como una gaviota, si, una gaviota, atacaba a una mujer para, aparentemente, sacarle un pedazo de comida que la indiferente mujer se disponía a tragar.
Al no tratarse del primer ataque de una gaviota y tras conocer la existencia de una conspiración, rápidamente nos informó de los sucesos.
Lo cierto es que en un primer momento recibimos esta información con reservas, pero tras una investigación preliminar hemos decidido investigarlo a fondo. Nos hemos basado principalmente en dos hechos: la presencia de las gaviotas en las playas podría comprometer las vías de entrada y salida de comercio y vías de posible escape; y su costumbre de morar cerca de los vertederos y zonas de comercio, a pesar de situarse éstos en tierra firme y lejos de las costas, podría implicar una vigilancia de nuestras costumbres.
En cualquier caso, hace escasos días descubrimos una nueva evidencia que podría apoyar esta nueva información y que nos ha llevado a publicarlo aquí. Resulta que se están llevando a cabo experimentos genéticos para intentar combinar las cualidades de cada una de las especies implicadas. Hasta ahora parece que los resultados son los siguientes:
No sabemos si con ello han conseguido sus objetivos.
Esto sigue la estela de otros que se llevaron a cabo en Nueva Zelanda hace un par de años que tuvieron unos resultados dramáticos para el ser humano. Aunque parece que a pesar de todo, las mentes que estuvieron detrás de los experimentos neozelandeses no son las mismas que las que están formando los supersoldados multicuerpo. En cualquier caso, aquí os mostramos un fragmento del documental que se hizo acerca del citado caso.
Hace 10 años
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