Hay que tener en cuenta una cosa: la capacidad operativa de las ovejas ha quedado muy reducida en muy poco tiempo.
Hará un par de años que nos llegó el soplo y tras investigarlo extensamente, hemos llegado a la conclusión de que es verdad: las ovejas decidieron aliarse con unos seres mucho más ágiles, presentes en los distintos núcleos de convivencia humanos y que aparentan ser, si cabe, más inocentes aún: las ardillas.
Digamos que funcionan como una especie de cuerpo de operaciones especiales, los SWAT del reino animal: su alta capacidad operativa y de movimiento les hace ser rápidos y, a nuestros ojos, un tanto aleatorias. Su independencia las ayuda a pasar desapercibidas y su apariencia simpática y juguetona les aporta una cercanía con el ser humano que, cuando comience la conquista, puede resultar terriblemente nociva para nuestra especie.
No lo neguemos, actualmente nos encontramos en las fases de reconocimiento y tanteo, la conquista aún no ha empezado, pero, desde luego, no tardará.
Es por esto que aún no tenemos claras las posibles motivaciones de estos “animalitos”, pero intuimos que podría tener que ver con el cada vez menos número de parques, bosques y zonas verdes.
En cualquier caso seguiremos investigando.